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Sc Claudia Patricia Peláez DJC

El adulto en Scouts A.C.E.


En este camino es preciso recordar que somos seres íntegros, con una identidad labrada a través de experiencias que han forjado nuestras actitudes y que a lo largo del tiempo nos transforman para adaptarnos con resiliencia y asertividad ante cada nuevo reto que la vida nos presenta. Somos una historia viva, que se enriquece en la relación con los demás y en la misión que cumplimos como parte de una familia, de una comunidad, de una sociedad y de un mundo en constante cambio. Desarrollamos nuestras habilidades, descubrimos nuestros talentos y superamos nuestras debilidades para pertenecer y encontrar el sentido de esa búsqueda que mantiene viva nuestra esperanza y no desfallece ante la adversidad. Somos hijos, hermanos, amigos, estudiantes, maestros, empleados, empresarios, padres, somos seres sociales, con ideas, convicciones y creencias que determinan la forma en que interpretamos la realidad y tomamos las decisiones que orientan nuestra forma de interactuar con la realidad que nos circunda.


Sin desconocer estas raíces y desde el respeto profundo y el cariño fraterno que en nuestra hermandad hemos cultivado, es preciso hablar con honestidad desde el corazón y hacer un llamado a la conciencia que exige ser parte de una Asociación en la que los adultos hemos hecho una promesa, que va más allá de un título o un cargo y nos recuerda la responsabilidad que tenemos al ser referentes para los niños y jóvenes, que sin darnos cuenta constantemente leen nuestras expresiones, imitan nuestras acciones y siguen nuestras actitudes. Es preciso recordar que somos personajes públicos y cuando estamos ante ellos, les estamos enseñando a SER a partir de lo que somos y no solo de lo que les decimos. Durante la pandemia ha sido indiscutible, la fuerza que han tomado las redes sociales y es claro que a través de ellas nuestros niños y jóvenes nos siguen, nos leen, sienten y perciben la realidad a través de lo que expresamos. No podemos ser insensibles ni egoístas ante esta situación que precisa adultos, responsables y absolutamente conscientes de lo que podemos generar tan sólo con una palabra, una imagen o un comentario. Nuestra postura y forma de interactuar con los demás, modela inevitablemente los patrones que estos niños y jóvenes van forjando. Es por ello momento de hacer un alto en el camino y preguntarnos como adultos de la ACE ¿qué estamos inspirando en nuestros niños y jóvenes? ¿qué estamos motivando con nuestros comentarios? ¿cómo estamos reaccionando ante las crisis, los retos y la diferencia? ¿qué hacemos ante las provocaciones, la presión, las modas y los falsos paradigmas?


Como adultos de la ACE tenemos el deber de ir más allá de nuestras ideas y tendencias y recordar que por encima de un partido, una filosofía, una religión o una cultura, somos ADULTOS ESTIMULANTES Y NO INTERFERENTES, respetuosos de la vida que crece ante nuestros ojos y que busca en nosotros un referente para formar su carácter, sin ese rencor político, ni ese resentimiento social que solo nos aleja más y crea un abismo insondable en el que la corrupción y la inequidad toma su lugar. Detengamos esa peligrosa moda de “reventar” en las redes, censurando, criticando, destruyendo, incitando a la anarquía, a la destrucción y a la irreverencia, que desconoce los valores y los principios que nos permiten recordar la necesidad de reconocer a los demás como sujetos de derecho, diversos y con una historia particular. La invitación es a pensar antes de actuar sin dejarnos cegar por la emoción, para poder cumplir a conciencia con nuestra promesa y juntos construir un mundo donde sea posible mantener viva la fe y la esperanza de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos.


Es necesario destacar que respetamos el derecho de elección de cada ser y por supuesto valoramos el derecho a la libre expresión, pero no podemos ignorar nuestra responsabilidad ante la necesidad de identificar cómo y dónde expresar nuestras ideas sin vulnerar la sensible percepción de los niños y jóvenes que llegan a nuestras vidas a través de la búsqueda del Escultismo. Somos conscientes que ante las circunstancias actuales no es fácil nuestra misión, pero hoy más que nunca precisamos de adultos con una clara conciencia de su trascendental misión en la ACE.


Contamos contigo en este propósito y te invitamos a ser parte de una red de de apoyo entre todos los scouters y dirigentes de la ACE que queremos seguir adelante, haciendo todo cuanto es posible para cumplir nuestros deberes con Dios y la patria.


Finalmente hacemos un llamado a cuidar a nuestros niños y jóvenes, fortaleciendo nuestra hermandad para contener la tristeza, la angustia, la desesperanza y el miedo que se puede experimentar en momentos de incertidumbre y mantenernos más unidos en la esperanza de construir una nueva generación para una Colombia mejor.


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